HISTORIA DE LA BASÍLICA DE TAORMINA

Dedicada a San Nicolás de Bari, obispo de Myra, en Licia (Turquía de hoy).

El 6 de febrero de 1980, el Papa Juan Pablo II otorgó al templo el título de Basílica Menor.

La Iglesia Mayor, uno de los monumentos más hermosos e importantes de la ciudad medieval de Taormina, data del siglo XIII, y se eleva sobre los vestigios de una pequeña basílica anterior. Fue reconstruida en los siglos XV y XVI y reformada en el XVIII. Presenta la forma de cruz latina con tres naves y tres ábsides. La nave central está sostenida por seis columnas, sobre las que se levantan cuatro arcos a cada lado; de estas seis columnas de mármol rosa de Taormina, cuatro son monolíticas, es decir, hechas de un solo bloque de piedra, las otras dos están compuestas por dos fragmentos: probablemente proceden todas del teatro griego de esta misma ciudad. Las naves y el crucero, el brazo corto de la cruz latina, están cubiertos con techos de madera magistralmente trabajados, sostenidos por grandes vigas, rematadas, a su vez, por ménsulas talladas con motivos tradicionales árabes, reinterpretados en el estilo gótico. Dignas de atención son las dos capillas situadas a cada lado del ábside central: la de izquierda, del Sacramento, es barroca del final del siglo XVII, la otra, la de la derecha, dedicada a la Virgen de las Gracias, fue reconstruida en 1747 reutilizando materiales resultantes de la demolición de una capilla gótica que se hallaba en la iglesia de San Pedro, también en Taormina.

 

En la fachada, dentro de dos ventanales ojivales de una sola luz del siglo XV, se encuentra la bellísima puerta monumental (que incluye parte de una anterior), que fue reconstruida en 1636 por decisión de los Jurisconsultos de la época (los administradores locales), como se lee en la placa sobre la puerta con la siguiente inscripción: <D.O.M. Divo Nicolao templi Patrono Portam e phario lapide Franciscus Corvaja, Joseph Martianus Antoninus Romanus, Thomas Corvaja Urbis patres postere AN. DO. MDCXXXVI>. (Francisco Corvaja, Giuseppe Marte, Antonino Romano, Tommaso Corvaja, los Padres de la ciudad, la puerta del templo de blanco mármol dedicaron a Dios, Grandeza y Bondad infinitas, y al Santo Patrono Nicolás, en el año del Señor 1636). La puerta principal tiene dos columnas estriadas, en estilo corintio, que se levantan sobre bases altas; sobre el dintel hay un tímpano abierto que se repite en pequeño encima de la inscripción dedicatoria; sobre de los capiteles de las columnas corintias asoman las cabezas de dos angelotes. La parte más antigua del portal tiene once figuras esculpidas en cada una de las jambas: veintidós bajorrelieves en total. Se reconocen fácilmente, san Pedro, san Pablo, el rey David (con su cítara), los símbolos de los cuatros evangelistas en medio de otros Santos y Apóstoles, cuya identificación no es siempre sencilla. Los dos primeros en posición sedente, representan a dos obispos con mitra y báculo en actitud de bendecir: son san Nicolás, a quien la iglesia está dedicada, y san Pancracio, el Santo Patrón de la ciudad; los restantes se muestran de medio cuerpo dentro de pequeños medallones. Las puertas de las paredes laterales, este y oeste, pertenecen a diferentes épocas: la del este es de la primera mitad del siglo XVI, la del oeste, frente al Ayuntamiento, elegantemente bordeada de piedra lávica porosa, es de la segunda mitad del 1400; ambas jambas, de mármol blanco, están decoradas con delicados bajorrelieves que representan la Vid mística. ([1] Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador [2] Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia para que dé más fruto. Juan 15:1- 2); en el arquitrabe de piedra caliza de Taormina, entre San Pedro y San Pablo, se ve el Cristo Pantocrátor; el frontón ojival está decorado con arcos trilobulados. La basílica está también adornada con tres rosetones renacentistas horadados en piedra de Siracusa, uno de ellos ubicado en la fachada principal y los otros dos en las laterales

El carácter medieval de la iglesia-fortaleza, típico del periodo feudal, la <Ecclesia munita>, en latín, se manifiesta claramente en la imponente torre militar, en la que en 1750 se colocaron las campanas y queda resaltado por el severo almenaje que corona toda la iglesia.

De 1945 a 1948, bajo la dirección del arquitecto napolitano Armando Dillon, se llevó a cabo una restauración integral, se reconstruyeron las azoteas sobre las naves laterales, se reforzó la estructura y, de este modo, se recobró al edificio sagrado su belleza arquitectónica original.